Feminismo Liberal USA


 Ángeles Jiménez
Ángeles Jiménez Perona
Jiménez Perona, Ángeles
Profesora Titular de Filosofía.Teórica del Conocimiento e Historia del Pensamiento
E-mail: anperona@filos.ucm.es
Líneas de investigación: 1.El problema de la racionalidad contemplado desde la epistemología y la filosofía política. Más concretamente, las relaciones entre los modelos falibilistas de conocimiento y las filosofías políticas liberales y democráticas (incluidas las feministas).
2.El tránsito conceptual de la idea de sujeto de conocimiento a la de sujeto de acción (ciudadanía) tanto en el período de la filosofía moderna como en la contemporánea.
3. Las nociones de igualdad y libertad.

 


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Contexto

El feminismo americano de posguerra es el denominado feminismo liberal. Es un feminismo de carácter conservador, diriamos que en comparación con otras tipologías, este feminismo resulta menos solidario moralmente respecto a otros feminismos como son el socialista y el radical. Betty Friedan es la representante teórica y pionera del feminismo liberal americano del siglo XX. Friedan es una activista feminista y escritora que se distingue al acabar la Segunda Guerra mundial. Fue contemporánea a la francesa Simone de Beauvoir.  Ambas teóricas introdujeron nuevos paradigmas filosóficos e incorporaron nuevos conceptos en el discurso de la teoría feminista. 

 

El discurso de Friedan se define desde la perspectiva de la psicología social, en que teoriza y reflexiona sobre la identidad femenina, utilizando el método inductivo en el que el diagnóstico se razona tras la recogida de datos (formularios y encuestas) y un análisis.

 

Las obras base en los que desarrolla su discurso son:

Mística de la feminidad (1963)

 

La segunda fase feminista (1981) premio Pulitzer

 

La fuente de la edad (1993) identidad de la mujer en la tercera edad y la menopausia 

 

Les femmes à la recherche de’une quatrième dimension (1969).

 

Entre el primer y segundo libro, según Jiménez Perona, el discurso da un giro desde la perspectiva liberal clásica hacia un liberalismo más social. Es decir, si antes Friedan consideraba que la política de estado no debe ser intervencionista, la idea cambia postulando una intervención del estado en políticas sociales que garanticen la igualdad de sexos y redistribución de bienes. La investigadora Jiménez Perona nos aclara que, en las obras de Friedan jamás se utilizó el término patriarcado, nos remarca la diferencia del feminismo liberal con el feminismo radical. Este último si que asume  la situación de desventaja de la mujer frente al varón.
El término de sociedad patriarcal lo introduciría en 1970 la pensadora Kate Millett, representante de las feministas radicales.

Mística de la feminidad

La ontología de la obra se inscribe en su posición personal de orientación liberal clásica, en su estudio recoge los datos de las mujeres de su alrededor, ellas se autodefinen amas de casa, en los años 60 el modelo de identidad de las mujeres de clase pequeñoburguesa es el de amas de casa y madres con un desinterés manifiesto en la función pública o política [el concepto de Heterodesignación es la identidad que viene desde fuera desde la sociedad]. Para la sociedad las otras mujeres que se desenvuelven en carrera profesional no son aceptadas como auténticas mujeres por salirse del modelo.

El problema que no tiene nombre

Como psicóloga Friedan analizará las patologías y describirá el siguiente diagnóstico:
Las mujeres aceptan su destino pero denota un sentimiento de insatisfacción y de represión, llamando al problema: «el problema que no tiene nombre». Las patologías que describen las mujeres son autodestructivas. El libro es una base de discusión entre los colegas psicólogos del momento. Friedan considera que estos se equivocan en el pensar que el problema que no tiene nombre es inherente a la condición femenina.
En todos los casos, el problema se estructura como represión y lo que se reprime es el desarrollo de las capacidades o méritos (argumento liberal), y no debido a la represión sexual freudiana. El problema no depende de los factores raza, estatus y formación, depende de la colectividad de las mujeres, en el sentido de la suma de individualidades.
En el capítulo IV profundiza la cuestión la contrasta con la tradición feminista inglesa con Seneca Falls, Mary Wollstonecraft y apela a la razón como rasgo unificado de la especie.

En los años 60 las reivindicaciones feministas son que las mujeres sean tratadas como iguales,  no reducir la identidad de mujer a la capacidad de desarrollarse en ser madres.

El problema que no tiene nombre es la represión al desarrollo de las capacidades de las mujeres. La mística de la feminidad es la causa del problema que no tiene nombre. Ya que la feminidad es un mito, es la esencia de lo femenino, (esencia es lo contrario a lo accidental), y este razonamiento es sumamente represivo pensar que la feminidad nos viene dada como esencia.

Friedan aduce que los modelos de las ciencias se basan en prejuicios, por tanto, las verdades de estas ciencias están en duda, es lo denominado epistemología feminista.

Los responsables de la mística de la feminidad (capítulo IX) son:
Los grupos de hombres, las ciencias sociales del momento, las mujeres (pg 243) y el capitalismo.

Los mecanismos de socialización son las causas de dominación de unos sobre otros, en una sociedad donde los sujetos sometidos están de acuerdo con el sistema de dominación.

Las críticas a la obra de Friedan vienen por la ausencia de análisis de la familia y la sexualidad. A pesar de la supuesta laguna teórica, no le impediría la colaboración con las radicales feministas.
Conformando parte de la asociación que fundó la ONW Organization National Womens con el objetivo político prioritario:
– igualdad en ámbito laboral
– contexto de igualdad formal de oportunidades
– desarrollo de mérito y capacidades.

La segunda fase feminista

Cuando escribió esta obra en 1981, la sociedad en la que vive es muy conservadora, coincide con el mandato del Presidente R. Reagan. La obra se interpreta como respuesta a la ola neoliberal del gobierno de Estados Unidos. Aunque también es crítica con el feminismo radical y las insuficiencias detectadas.

 

Aborda el problema desde la perspectiva de la psicología social, pero dando un giro hacia lo social y analiza los problemas de identidad de la mujer como la doble jornada y el modelo de la superwoman o exceso de autoexigencia, ambos conceptos se deben al análisis de Friedan.

La solución para la desigualdad del salario pasa por revolucionar la vida doméstica identificando nuevas tareas de responsabilidad pública. Por tanto se hace necesaria la intervención del Estado para solucionar el problema, se proponen guarderías públicas, lavanderías y cocinas comunitarias. Adoptando el modelo de la socialdemocracia de los países nórdicos de Europa Suecia, Finlandia, etc de ahí el giro del pensamiento liberal puro del primer libro al pensamiento social del segundo libro.

A Friedan se le debe también la introducción de la idea :

IGUALDAD = RECIPROCIDAD

Para solucionar el problema se deberá cambiar «el orden simbólico» y darle la vuelta a la responsabilidad en el orden doméstico.En los a ños 80 el modelo de familia se transforma con las nuevas necesidades sociales, nuevas definiciones de instituciones públicas y la nueva idea de Modelo de Medidas de acción positiva de los países nórdicos.
Friedan siempre mantuvo relación con el movimiento feminista y con las teóricas coetáneas feministas radicales a las cuales señala como creadoras de la mística del feminismo.  Fue consciente de la disputa en la elección de postularse entre «família o igualdad». Y al respecto, la autora sostuvo una postura estratégica frente a la minoría moral y poderosa de los grupos ultra conservadores provida. Estos grupos pretendían extender su dominio sobre las mujeres, tanto en las necesidades y mejoras domésticas, como a través de impulsar políticas antiabortistas, etc, por tanto, la autora sostuvo que el feminismo debería ocuparse también de la familia. 
Posteriormente, la partir de la década de los 80, en los Estados Unidos la hoja de ruta del feminismo mantendría dos objetivos principales:
-Impedir que se modifique la Ley del Aborto
-Enmendar la Constitución la ERA y contener entre sus páginas expresamente la igualdad entre los sexos.

Friedan introdujo también un cambio en la retórica feminista, adoptando un nuevo método de pensamiento. Partiendo de identificar al menos dos métodos o estilos retóricos: digamos el Afa y el Beta, siendo el método Alfa la retórica más agresiva y directa, tradicionalmente asociada al patriarcado y el método Beta el más flexible y diplomático. Friedan planteó en la década de los 80  que el discurso feminista debía cambiar de retórica y adoptar un nuevo método de retórica el Beta, lo que significaba cambiar la ontología, la forma de nombrar los conceptos y adaptar el nuevo método en el discurso feminista.

Un ejemplo sería: no hablar de aborto, más bien  del derecho a dar la vida.

 

Documentación

La mística de la feminidad, Capítulo 1. El problema que no tiene nombre .

El feminismo liberal estadounidense de posguerra: Betty Friedan y la refundación del feminismo liberal.

 

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