La represión del cuerpo Facultativo del personal de Bibliotecas y Archivos fue importante, muchas bibliotecarias que durante la República trabajaron en el Cuerpo Superior de Facultativos ocupando puestos importantes sufrieron las mismas consecuencias al finalizar la guerra civil. La visibilidad de las mujeres que, habiendo alcanzado cierto rango, la guerra y posguerra se truncó sus carreras y sueños, mujeres que sufrieron exilio, muerte, depuración y castigo, es fundamental.
El viernes diecisiete de noviembre de 2017 se celebraron las II Jornadas de patrimonio, memoria y arqueología, en la ciudad de Alcalá de Henares, organizadas por la Asociación Madrileña de Trabajadoras y Trabajadores en Arqueología. Adelina Codina presentó la ponencia «Mujeres Bibliotecarias Republica y Guerra Civil», basada en la investigación de la catedrática Rosa San Segundo.
La II República marcó el ascenso de una vanguardia intelectual que auspiciaba mediante la ciencia y la cultura una transformación política y social. Se inicia el acceso de las mujeres a la vanguardia intelectual, aunque en los años 30 solo un 4% de los estudiantes universitarios son mujeres. Destacar algunas organizaciones de mujeres de esta etapa: Juventud Universitaria Femenina 1920, Lyceum Club Femenino español año 1926 más de 400 asociadas, Mujeres intelectuales Generación del 27 o Federación Mujeres Libres 1937 anarcosindicalistas.
Se trata de la primera generación de mujeres que tras acceder a los estudios universitarios ocupan trabajos cualificados, y trataron de hacer realidad el sueño de la cultura y de la modernidad.
Se trata de una nueva identidad para las mujeres, y un cambio profundo. Ejercieron el modernismo y la vanguardia en muchos ámbitos, reflexionando sobre su propia condición femenina y sobre la sociedad en la que desarrollar su proyecto vital. Un nuevo modelo de mujer posibilitadora de un futuro que ahora tenían en sus manos. Frente el arquetipo de la nueva mujer símbolo de la modernidad convive con la mayoría de las mujeres inmersas en su ideario de domesticidad.
La mujer moderna pertenece a la élite social, con acceso a la educación y a una cultura vinculada a la Institución Libre de enseñanza, la Junta de Ampliación de Estudios, JAE, y se constituyen en organizaciones de mujeres. Es independiente y accede al espacio público cambia su atuendo hace deporte y viaja. Las mujeres universitarias subsisten de su propio trabajo y no necesitan de la tutela del padre o marido. La mayoría estudia en la Universidad de Madrid y las que proceden de otras provincias se alojan en la Residencia de señoritas. Muchas se beneficiaron de las becas de la JAE.
En el año 1939 se alcanzó la cifra de 5081 mujeres matriculadas en la Universidad de Madrid. La incorporación al medio laboral, donde primero se van a incorporan va a ser al magisterio y al cuerpo Facultativo de Bibliotecarios y Archiveros. Con la llegada de la II República se produce un cambio sustancial en las Bibliotecas, uno de los más destacados va a ser la cultura apoyada en una nueva concepción del libro y de las bibliotecas. Muchas de estas mujeres universitarias van a incorporarse a trabajar en las bibliotecas. Es un momento uno muy positivo de la historia de nuestras bibliotecas.
La política bibliotecaria republicana origina una fuerte extensión de las bibliotecas, y estuvo muy centrada en la difusión de la cultura también en las clases obreras. De hecho, durante la II República se crean numerosos organismos para la promoción de las bibliotecas las Misiones Pedagógicas, la Junta de Intercambio y Adquisición de Libros para Bibliotecas Públicas. Se crea Cultura Popular que se enmarca en la actividad bibliotecaria. Durante la guerra se crean Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico, las Milicias de la Cultura y, en Cataluña, el Servei de Biblioteques del Front. En cuanto a formación se habían formado, fundamentalmente, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. Y en la Escuela de Bibliotecarias de Cataluña.
El año 1936 fatídica fecha también para las bibliotecas, Vicens de la Llave que era facultativo y había realizado un estudio sobre la situación de los servicios de las bibliotecas en el estado español. Fue por encargo del Gobierno a París con motivo de la Exposición universal, al pabellón español. Allí se encontraba junto con la famosa pintura Guernica, encargo del gobierno de republicano, a Pablo Picasso, para denunciar los bombardeos de Alemania e Italia a la población civil, ante la opinión pública internacional. Allí Vicens denunció la quema sistemática de bibliotecas. En su informe sobre la Situación de las bibliotecas españolas durante la guerra explícita que todo el proyecto bibliotecario republicano fue desmantelado.
“La suerte de las bibliotecas que se encuentran actualmente en zona rebelde, la historia es simple, siempre la misma, el bibliotecario es fusilado, los libros son quemados y todos los que han participado en su organización son fusilados o perseguidos”.
En el nuevo régimen, la política del nuevo estado en las bibliotecas se resume en tres palabras Quema, Incautación y Depuración. La violencia va a constituir un hecho fundacional y fundamental del nuevo Estado, la política del nuevo estado en las bibliotecas se basó en la quema, incautación y depuración. Sobre quema de bibliotecas, el ejemplo del como acto de la fiesta del libro de 1939 el juez depurador del personal de la Universidad de Madrid sentenciaba:
…para Edificar a España, una, grande y libre, condenamos al fuego los libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo. Los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los cursis, los cobardes, los pseudocientíficos los textos malos y los periódicos chabacanos…
El Decreto de 13 de septiembre de 1936 fue el preámbulo para desmantelar la administración republica… tras declarar fuera de la ley a personas, partidos y agrupaciones políticas que hubieran integrado el Frente Popular, disponía el embargo e incautación de sus bienes.
Se depuró a los bibliotecarios y bibliotecarias. A pesar de su extensión actualmente se desconoce obra recopilatorio de la represión y depuración en el ámbito bibliotecario. Terminada la guerra se inicia la gran depuración, con la separación del servicio de la totalidad del funcionariado. Fueron 59 bibliotecarios y bibliotecarias del Cuerpo facultativo los que no se incorporaron a sus puestos por muerte, desaparición o depuración en 1939. También sufrieron represión los que no pertenecían al Cuerpo, que trabajaban en otro tipo de bibliotecas. Para hacerse una idea de lo que supuso para el Cuerpo facultativo de Bibliotecas y Archivos y Museos durante la II República, en 1935, alcanzó la cifra de 299 y 3 plazas vacantes, en 1941 son 240 y hay 73 plazas vacantes. Según la ley de Depuración de Empleados Públicos, de 10 febrero de 1939, se suspendió a todos los funcionarios públicos que no se adhirieron al bando franquista.
Los castigos y sanciones derivados de los expedientes de depuración fueron: separación del Cuerpo y baja en el escalafón; la deportación y la prohibición de solicitar vacantes; la suspensión temporal o provisional de empleo y sueldo o, en algunos casos, la jubilación forzosa…para visibilizar a las mujeres represaliadas se nombran en primer orden los nombres de bibliotecarias no presentadas, exiliadas o desparecidas y posteriormente a las bibliotecarias que se quedaron en España y sufrieron los castigos de depuración. Entre las Bibliotecarias no presentadas, exiliadas o desaparecidas
Juana Capdevielle, Teresa Andrés, Josefa Callao, Concepción Muedra.
Las que se quedaron y sufrieron depuración de 1936-1948
Consuelo Calvo Cuscurita Hortensia Lo Cascio Loureiro Carmen Caamaño María Luisa Cuesta Rodríguez Carmen Guerra San Martín Consuelo Gutiérrez del Arroyo María Victoria González Mateo Asunción Martínez Bara |
Maria Moliner
María Muñoz Cañizo Carmen Guerra Ollauri Carmen Pescador del Hoyo Juana Quilez Martí Ángeles Tobío Consuelo Vaca González. Teresa Vaamonde Valencia |
La Escuela de Bibliotecarias de Cataluña también se produjeron depuraciones, como el caso de Justa Ballón y Joana Casals. En junio de 1939 se abren expedientes de depuración a los miembros del Cuerpo facultativo.
Fueron ellas la primera generación de mujeres que acceden a los estudios universitarios, y ocupan trabajos cualificados. Trataron de hacer realidad el sueño de la cultura y de la modernidad. van a ocultar su actividad como bibliotecarias republicanas, guardarán silencio e invisibilizarán toda aquella inmensa actividad. Y Pagaron con sus propiedades, con su trabajo, e incluso con sus vidas su compromiso y sueños con la sociedad, la educación y la cultura.
Fuente:
SAN SEGUNDO, Rosa (2010). Mujeres bibliotecarias durante la II República: de vanguardia intelectual a la depuración . En Participación Educativa, número extraordinario, 1, pp. 143-164. https://sede.educacion.gob.es/publiventa/detalle.action?cod=14010